Cada aspirante debe saber que él
es el único modulador de su mundo y copartícipe de formular los de los otros,
por medio de sus sentimientos, pensamientos y actos. De esta manera nunca se
debe olvidar de su deber permanente de cargar la mente, el cuerpo, el hogar, el
mundo y toda actividad con EL AMOR de “YO SOY”, y el propio mundo se convertirá
en Edén.
Tres veces al día hay que
practicar la concentración durante cinco minutos cada vez; en estos momentos se
debe acallar lo externo o cerrar la puerta del aposento como enseña Jesús. Hay
que meditar en silencio y luego llamar a “YO SOY”, LA PRESENCIA DE DIOS EN
ACCION, y todo deseo constructivo se
realiza como por magia. La meditación durante los cinco minutos debe ser como
invocación de la mente personal objetiva a “YO SOY” y LA AFIRMACIÓN SERÁ COMO
LA RESPUESTA DE ‘YO SOY’ A LA INVOCACIÓN.
Ejemplo: El aspirante quiere
ayudar al gobernante de su país, entonces debe proceder de la siguiente manera:
1. Pensar que el gobernante es un hombre justo,
recto, honrado y que fue elegido por merecimiento para dirigir sabiamente la
nación.
2. Practicar el ejercicio respiratorio descrito
anteriormente, y al exhalar debe afirmar.
3. La afirmación será: “YO SOY EL ACIERTO, LA
JUSTICIA Y LA RECTITUD EN ESTE GOBERNANTE”.
De esta manera el discípulo se
convierte en salvador del mundo y no, como creen algunos, que por medio de la
revolución y el derramamiento de sangre, pueden mejorar la situación.
Nos fue enseñado que cuando un
hombre dice, con pureza, “YO SOY”, proyecta una especie de fuego de color
violeta que consume y disuelve toda creación discordante de su aura. Es la
llama de la Zarza de Orbe, la llama del PURO AMOR Divino que está esperando el
sentimiento y el pensamiento del hombre para convertirse en acción dinámica, en
su mente, cuerpo y aura, para limpiarle de toda imperfección, y así YO SOY
puede derramar, a través de él, luz, amor y poder sin entorpecimiento…